Nueva tertulia literaria en la Librería Dauro de Granada, el pasado 13 de junio de 2024, dentro del ciclo «Encuentros con el autor», con el que colabora la Fundación Cultura y Sociedad. Daniel Arias Aranda, Catedrático de Ciencias Económicas y Empresariales, ha tenido la amabilidad de aceptar nuestra invitación. Se estrenó como Profesor en la universidad Complutense de Madrid. Por motivos sentimentales, según declaraba, vino a la Universidad de Granada y ha cumplido 25 años de docencia e investigación.
Famoso por su impactante, valiente y polémico libro “Querido alumno, te estamos engañando” publicado en la editorial Temas de hoy en 2023. En realidad, venimos a estar de acuerdo todos en el fondo, pero lo discutimos.

Durante la tertulia se ha comentado su considerable éxito en la reciente 82ª Feria del libro de Madrid (décimo lugar en ventas en una exposición que ha superado los cuatro mil autores).
La tertulia se alargó hasta después de las 9.30. Para Alfonso, asistente habitual, había sido la tertulia literaria que más le había gustado. La organizadora y fotógrafa, Virginia, solo hizo tres fotos al inicio porque se interesó en la charla y se olvidó de hacer más.
Se trata de un libro maravilloso, cargado de información, datos e ideas. Fundamentalmente es un análisis de la Universidad actual, del estado de la cuestión, de “el mal estado de la cuestión” en ingeniosa expresión, y de muchas posibles soluciones.
En su presentación, Reyes Ruiz compara “el mal estado de la cuestión” con lo que ocurrió en el cuento clásico de Andersen, “El emperador está desnudo”, todo el mundo lo ve, pero nadie se atreve a decirlo por temor a parecer ignorante (solo el niño sin prejuicios).
Querido alumno. Te estamos engañando, ofrece toda una teoría de la educación en la universidad en este momento crucial. Momento crucial en el orden social (por ser una “sociedad líquida” y la influencia de las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación niños y jóvenes); en el orden económico, por la precariedad laboral; en el orden pedagógico, por el dominio de las “pedagogías de la pasividad” (que curioso que la historia de la educación las haya presentado como “pedagogías activas” y el Profesor Arias Aranda las denomine “pasivas”). Analiza, pues, aspectos sociales, económicos y pedagógicos que afectan a la Universidad, también a la educación primaria y secundaria.
Daniel Arias no exagera en su explicación. Es madrileño, y lo primero que me llamó la atención fue precisamente que no exageraba (sorprendente para un andaluz). A la hora de dar datos es preciso y sincero. Nos dice exactamente los alumnos que van a sus clases. Tampoco es partidario de imponer a los alumnos, adultos, la asistencia a clase, o de prohibir el Smartphone y el ordenador durante las clases, aunque los considere muy inconvenientes.
El Profesor hizo un experimento sencillo. Algunos alumnos llevaban el ordenador, pero era patente que lo usaban como pantalla para que el profesor no supiera lo que hacían: juegos, redes sociales, otras tareas ajenas a la asignatura. Comparó el rendimiento en las calificaciones de estos alumnos con el resto del grupo y resultó inferior.
Imposible tratar todos los temas del libro. Se podría resumir: “yo profesor, hago como que te enseño y te preparo, mientras tú alumno no estudias (y quieres aprobar) y te tengo que aprobar”. Pero analizarlo en toda su información es imposible.
No tengo más remedio que seleccionar. Empezamos por los planes de estudio…
Es el capítulo “Y con tus piedras hacen ellas una pared”, en referencia al conjunto de asignaturas del plan de estudios y las actividades propuestas por los distintos profesores. Debieran ser un conjunto integrado capaz de formar al estudiante, de lo contrario el resultado no va a ser un edificio bien construido sino un montón de piedras (p48). El plan de estudios “es la piedra angular de cualquier grado universitario”.
Recoge el relato de una decana del 2007 que se reúne con los departamentos para la reforma de planes de estudio en la adaptación obligada al Plan Bolonia: “el plan de estudios se configura como una tarta que se reparte entre los departamentos presentes”, “nadie menciona las necesidades formativas de los alumnos. Probablemente nadie ha pensado, quizás por desconocimiento, en un proyecto formativo integrado”. Daniel Arias comenta lo que quizás conocemos, “el objetivo es contentar a los departamentos haciendo un reparto que complazca a todos, con lo que, en ocasiones, quedan en un segundo plano las necesidades formativas del estudiante” (p48), y por las más recientes disposiciones “parece que seguiremos con el reparto de la tarta a la que no se ha invitado el sector empresarial” (Real Decreto 822/2021, p.50). Debieran participar Profesorado, Profesionales (“tejido empresarial”), administraciones públicas (e, incluso, Profesorado de la educación secundaria y primaria) (pp. 45-6). Lo que parece claro es que no conviene que el diseño quede a cargo, exclusivamente, del Profesorado de los Departamentos implicados en el reparto.

Estas declaraciones me recuerdan personalmente aquellos momentos. El reparto de la tarta es experiencia sufrida, en general, por el Profesorado (los Profesores fuimos autores y víctimas), en la adaptación de planes de estudios al Plan Bolonia, del Espacio Europeo de Educación Superior.
Toma el autor la visión de conjunto de la formación universitaria de Miguel Angel Zabala, catedrático de la Universidad de Santiago (Revista Fuentes (1), 2000). El plan de estudios: 1) ha de ser un proyecto formativo integrado, tiene que ser más que un mero listado de materias, 2) “ha de servir a los estudiantes para convertirse en personas cultas e intelectuales” y en futuros profesionales, 3) requiere unidad y coherencia interna que promueva el máximo desarrollo personal y profesional de los estudiantes. Volveremos sobre él.
Pero, aun así, siendo la posible inadaptación de los planes de estudio algo importante, no son lo más decisivo en el “mal estado de la cuestión” de la Universidad. Más decisivo me parece la dificultad de compatibilidad de docencia e investigación por parte del Profesorado (que conlleva descuido de la docencia), la influencia negativa de las TIC en la educación de muchos niños y jóvenes, y la influencia de las pedagogías (en primaria, secundaria y universidad) que infravaloran la transmisión del conocimiento conceptual en la enseñanza. Todo ello es abordado muy ampliamente.
Así, pues, esquemáticamente ¿cuál es el mal estado de la cuestión?
Tras la lectura de Querido alumno, te estamos engañando, este sería un resumen (amplio y personal) de los rasgos y causas principales del mal estado de la universidad:
1. PEDAGOGÍAS INADECUADAS
Pedagogías inadecuadas que han relegado la transmisión de conocimientos en favor del “descubrimiento” mediante la experiencia personal. Conlleva la no valoración de los exámenes y, por tanto, tiende a la promoción automática de curso por parte de los alumnos. La ley educativa paradigmática fue la LOGSE de 1990. Estas pedagogías que el autor denomina “de la pasividad” han regido la actividad docente en primaria, secundaria y, en buena parte, en la universidad.
“Primero con la LOGSE y después con las consiguientes reformas educativas, se han incentivado métodos pedagógicos, desde las escuelas e institutos hasta las universidades, con resultados cuestionables (p107).”
Un libro imponente que complementa en este discurso es De la ley al aula. Crónica de la educación en España de F.J. de Vicente Algueró (p104). Refiriéndose a la LOGSE y sus efectos dice: “Ahí está una de las claves de lo que para muchos ha sido un fracaso: se pretendió convertir a todos los profesores en sacerdotes de una religión pedagógica obligatoria: o eras constructivista o eras un hereje. Incluso uno de los grandes pontífices de la nueva pedagogía, Fabricio Caivano, fundador y director durante muchos años de la revista oficial de la reforma, Cuadernos de Pedagogía, decía años después refiriéndose a la reforma: queremos hacer (a los alumnos) todo fácil, todo un juego y el profesor se ve desarmado ante un discurso tan bonito. La Reforma es esto revestido de un discurso más psicologista, constructivista: solo se aprende lo que se descubre, que es una tontería que se ha repetido mucho.” (Entrevista en: Lateral, noviembre 1998).
Es una tontería porque si el conocimiento válido fuera el que se descubre personalmente tenderíamos hacia la prehistoria. Personalmente, siempre me resultó extraño que las conferencias no perdieran su prestigio y las clases magistrales estuvieran desprestigiadas en la Universidad.
Continua Arias Aranda comentando desaciertos del constructivismo y de la organización escolar que en este método se fundamenta:
“La educación memorística se ha desterrado y se ha sustituido por “nuevos” métodos pedagógicos que se apoyan sobre la idea de lo que yo he apodado como “educación sobre la pasividad” (p107).”
“dichos métodos, disfrazados de progresistas y ultramodernos, plantean la necesidad de poner en el centro de la educación al alumno y no al conocimiento” (p107).
“algunos puede que estudien música y entiendan la relación con las matemáticas y los palíndromos a través del “Canon del cangrejo” de Bach, pero otros tal vez se tiren en su cama a ver videos de Instagram hasta que su madre los llama a cenar” (pp109-10).
“Relacionar constantemente los aprendizajes con las ocupaciones, preocupaciones y actividades de la vida cotidiana es la mejor forma de amputar aquellos conocimientos que no tengan mucho que ver con lo cotidiano. ¿Para qué estudiar lo que es una anáfora o el límite de una función? (p109).
En definitiva, la transmisión de conocimientos es importante y se debe exigir en los exámenes. Por supuesto que no está reñida con los principios de interés y actividad de la pedagogía moderna.
2. LA INFLUENCIA DE LAS TIC EN NIÑOS Y JÓVENES
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), muy especialmente Smartphone y redes sociales, son producto de empresas económicas que consiguen su objetivo captando la atención y creando adicción, ofreciendo satisfacción inmediata pasiva, sin esfuerzo (dificultan la consecución de hábitos de estudio).
“Facebook, TikTok, Instagram y YouTube invierten miles de millones de dólares en algoritmos que atraen la atención de los usuarios hacia sus contenidos. Los youtubers saben que los vídeos educativos no les van a generar tráfico, por eso suben entretenimiento de mejor o peor gusto. Estas redes son devoradoras de nuestro tiempo y después de darte el entretenimiento que tu cerebro quiere, te ofrecerán más y más. Ganan dinero con esto.” (pp112-3)
Una de las cartas que más impactó al Profesor Arias Aranda por su capacidad reflexiva y sinceridad, la enviaba un profesor que había organizado un seminario con sus alumnos para analizar la crítica al alumnado y a la universidad, contenida en su artículo “Querido alumno universitario de grado: Te estamos engañando”:
“Lo que los estudiantes universitarios piensan” (pp113-4)
“Desde que comencé a estudiar en la universidad he escuchado frecuentemente que los universitarios de hoy no estamos a la altura de lo que la institución académica merecería, que nos falta corrección en la expresión oral o escrita, estamos demasiado pendientes de las pantallas y no tratamos con respeto al profesor, entre otras cosas.
“Yo me pregunto, queridos profesores: ¿acaso nosotros, la generación siguiente a la vuestra, somos de una especie humana distinta? Habláis como si pertenecieseis a una raza superior, que se habría degenerado en pocos años y nos acusáis a nosotros de esa degeneración. Pero somos solo el producto de un sistema que nosotros no hemos elegido.
“¿No se os ha ocurrido pensar que si no sabemos redactar bien un escrito es simplemente porque nadie nos ha enseñado a hacerlo? Y ¿no eran las personas de vuestra generación la que tenían que habernos enseñado?
“Se nos dice también que estamos todo el día pegados al móvil, “anestesiados por las redes sociales”. ¿Pensáis acaso que no nos hemos enfadado muchas veces con nosotros mismos por habernos pasado una tarde entera viendo tonterías en TikTok, Instagram o YouTube, cuando al día siguiente teníamos un examen importante? Pero no somos los culpables de esa adicción. Vosotros, padres y educadores, nos habéis puesto una pantalla en las manos sin habernos ayudado a gestionar su uso. ¿Cómo os atrevéis a acusarnos de usar demasiado el móvil si desde niños nos habéis dado un chupete digital, sin daros cuenta de que poníais a nuestro alcance una pistola cargada?
“Es la hora de colaborar para que las generaciones próximas no lleguen todavía peor preparados (…)”
Ciertamente se trata de un problema educativo enorme para escuela y familia que tienen que resolver fundamentalmente estas dos instancias y el propio niño y joven implicado.
3. LA INVESTIGACIÓN REQUIERE LA MAYOR ENERGÍA DEL PROFESORADO
Profesorado universitario que, en su gran mayoría, no puede dedicarse e interesarse por su docencia, debido a las exigencias de la investigación que debe llevar a cabo, para conseguir su estabilidad laboral y su promoción dentro de la universidad. Por otra parte, el Profesorado no ha sido evaluado (desde la implantación de la LRU en 1983), en el conocimiento del temario que debe impartir (a diferencia de los profesores de secundaria). La mejor forma de evaluación de la capacidad docente del profesor la tienen en secundaria, no en la universidad, y consiste en examinar por un tribunal, de un temario superior a 60 temas -el temario oficial de oposiciones para profesores de secundaria en Geografía e historia consta de 72 temas-, a los candidatos a la docencia universitaria (este era el procedimiento para los candidatos a profesores universitarios antes del advenimiento de la Ley de Reforma Universitaria (LRU))
En otra de las cartas, una profesora joven se queja de la nula importancia que se le da a la docencia en la Universidad:
“Varios de sus compañeros, que han prestado poca o ninguna atención a la calidad de su docencia, han logrado el ansiado sexenio y pronto les acreditarán para optar a una plaza de contratado doctor. Siente que nadie valora el esfuerzo que está realizando en impartir sus clases de la mejor manera posible” (P94).
Meritocracia y profesorado:
“Para poder optar a una acreditación es necesario aprobar una trayectoria investigadora destacada (…) De este modo, los profesores están mucho más preocupados por la publicación de artículos en revistas, la participación en proyectos de investigación y la obtención de financiación que por enseñar a los alumnos” (p196)
“Tengo mis dudas sobre si este enfoque es el adecuado (…) Existe una visión alternativa que plantea que los grandes docentes no necesariamente tienen que ser grandes investigadores, y viceversa. (…) En este sentido es interesante analizar el ejemplo de los países anglosajones, donde se establecen itinerarios individuales para profesores “docentes” (lecturers) y profesores “investigadores” (associates y full professors)”. (P197)
“La precariedad de los docentes asociados y las demandas de la investigación (…) influyen en la calidad de la enseñanza. Cada vez son más populares las “clases de PowerPoint” en las que el profesor no tiene, que digamos, un papel muy activo. Esto se debe a la necesidad de dividir el tiempo entre la investigación y la docencia (…)” (p197)
Comentaba el autor con humor que con PowerPoint -él, que es Profesor de Economía-, podía dar clase de Anatomía Patológica.
Si se descuida la docencia –y esta es denuncia principal en el libro- la universidad deja de cumplir su finalidad principal. Tres toques de atención sobre el descuido de la docencia:
Ortega y Gasset en Misión de la Universidad 2001, p18 era crítico contra la universidad de su tiempo porque estaba entregando las cátedras a investigadores que, en general, eran pésimos profesores y consideraban una pérdida de tiempo la docencia y un robo a sus horas de laboratorio o de investigación en los archivos. Jacques Maritain en La Educación en este momento crucial (ed. Desclée de Bouwer; uno de los grandes libros que he tenido el placer de leer) considera que el fin de la universidad es docente, si bien debe estar íntimamente ligada a institutos de investigación. Una universidad para las masas, no solo de las elites, y en la jerarquía de fines de la educación universitaria está primero la conquista de la “libertad interior”, libertad que da el conocimiento, la sabiduría, llevando a término la madurez del jucio, la educación intelectual (para que las democracias occidentales se rijan por valores de libertad, igualdad, fraternidad (frente a tiranías e ideologías como el nazismo)); esto exigiría un núcleo de materias comunes de humanidades, para todos los estudiantes, como serían Filosofía general, Ética social y política, Historia de las civilizaciones, Historia de la ciencia. En segundo lugar, en su jerarquía de fines de la educación universitaria, estaría el enriquecimiento de los estudiantes con la herencia espiritual de la nación y de la civilización, poniendo a salvo el patrimonio cultural de generaciones (fin cultural de la educación); en tercer lugar, la formación y especialización profesional.

Igualmente M.A. Zabala, citado por el autor, y a al que ya hemos hecho referencia, considera que el fin de la universidad es “convertirse en personas cultas e intelectuales” y conseguir el “máximo desarrollo personal y profesional”.
En las declaraciones de sus idearios, no hay ninguna universidad que limite la docencia a la preparación y especialización profesional. Y, además, la universidad fracasa en todos sus fines, también en el profesional, si su docencia es deficiente (la elitista, la humanista y la igualitaria).
4. POCAS EXPECTATIVAS DE TRABAJO AL FINALIZAR EL GRADO
El marco social en el que se encuentra la universidad:
El marco social hoy está caracterizado por la “liquidez” -sugiere Z. Bauman-. Así, nada es sólido, ni los empleos (precariedad), ni las relaciones sociales (caracterizadas por la temporalidad). La posibilidad de “escurrirse” y quedar como producto deshecho (por la falta de apoyo o insolvencia) se acrecienta. En esta situación de precariedad laboral cobra prestigio el opositar:
“El sociólogo Zygmunt Bauman acuñó el concepto de sociedad líquida para describir la naturaleza cambiante y fluida de las sociedades contemporáneas, algo especialmente relevante en lo que atañe a las nuevas tecnologías. La alianza entre tecnología, política y economía estimula la liquidez social (…) se configura una sociedad que se caracteriza por la falta de estructuras y patrones sociales estables (…) las personas se adaptan sin cesar a las situaciones cambiantes siendo las relaciones sociales más temporales y superficiales (…) El empleo se transforma en algo miscible, donde la fina disyuntiva entre ocio y trabajo queda difuminada” (p148). Todo ello hace replantear y tambalear nuestra concepción y devoción hacia las instituciones tradicionales, ya sean de carácter político, social, económico, religioso o científico, a la vez que provoca un titubeo en nuestra estructura de valores morales-tradicionales (…) Además de la tecnología, Bauman también apunta a la globalización como un factor importante que ha contribuido a la “liquidación” de la sociedad. Sin duda ha acelerado el ritmo de cambio y ha aumentado la conectividad y la movilidad de las personas (…)
“El problema de los líquidos es que se escurren fácilmente (…) la gente que tiene un empleo experimenta la fuerte sensación de que hay altas posibilidades de que también se conviertan en deshechos” (…) ¿Podemos beber agua sin un vaso? (…) Claro que no (…) No tiene nada de malo defender valores e instituciones que sostengan nuestra vida y se mantengan firmes en medio del torrente de agua en el que se ha convertido la sociedad” (p149).

“La inseguridad y precariedad laboral es una de las principales razones por las que opositar se convierte en una opción a tener en cuenta. El funcionariado o bien los contratos administrativos indefinidos ofrecen a los candidatos estabilidad laboral y financiera (…) especialmente en tiempos de incertidumbre económica. La falta de oportunidades de empleo y la precariedad laboral asociada están teniendo un enorme impacto en la vida de los jóvenes españoles, que se enfrentan a un futuro incierto y con pocas perspectivas de estabilidad y seguridad financiera…” (p150).
“El contrato eventual por circunstancias de la producción” tiene una duración media de tan solo 35.86 días, es decir, un poco más de un mes. Estos contratos temporales representan el 72.8% del total de los contratos temporales firmados, En cuanto a la duración media de los contratos, se puede observar que en 2023 se sitúa en 51.82 días (…) con este panorama, ¿cómo pueden los estudiantes siquiera a esbozar planes de futuro? (pp.151-152).
“la falta de formación y promoción profesional dificulta la retención del talento y la innovación en las empresas (…) esto se puede revertir a base de incrementar la inversión en I+D+i (Investigación, Desarrollo, Innovación), lo cual es fundamental para mejorar el tejido industrial e incrementar la competitividad de la economía española…
Es posible que lo males citados (“el mal estado de la cuestión”) no se den por igual en todas las áreas o grados universitarios. Concretamente, los males pueden estar más mitigados en aquellos grados que exigen una nota de selectividad muy alta (con la que los alumnos demuestran tener hábitos de estudio), y quizás también, en los grados con buenas expectativas de empleabilidad…
Las ciencias humanas y sociales siendo extremadamente importantes pues son las llamadas a dirigir la sociedad (“ayudan a pensar los problemas colectivos que enfrentamos y a imaginar maneras más justas de organizar la vida social”), quizás sean las más afectadas.
Y… UNA INTRODUCCIÓN A SUS CONCLUSIONES (pp237-7)
“I have a dream!”…
“Querido lector permíteme este ejercicio de futurología”
“Hoy he cumplido setenta y un años y he decidido retirarme (…) Salgo y observo la fachada del edificio una vez más, siendo consciente de que impartiré mi última clase.”
El sueño del Profesor presenta una universidad en donde:
Se valora la excelencia del conocimiento como una prioridad (por encima de la prioridad de organización por edades). Por ello. algunos alumnos son muy jóvenes, chicos y chicas con talento que han superado la prueba Homogenizada de Acceso a Estudios Superiores.
La inteligencia artificial se utiliza como un medio formativo, pero “cotiza al alza” la originalidad.
“Los nuevos planes de estudio multidisciplinares han conseguido que se matriculen a mi asignatura estudiantes de Medicina, Dirección de Negocios Tecnológicos, Humanidades y Ciencias” (que implica flexibilidad burocrática en beneficio de la formación). “Más de la mitad son alumnos internacionales que hablan varios idiomas…” (prestigio docente).
Existen espacios donde directivos de empresas consolidadas comparten ideas con los alumnos.
Todo ello paralelo a la presencia de múltiples empresas extranjeras deslocalizadas en España, que cuenta ya con una sociedad bien formada y con un sistema educativo de calidad: “La inversión en ciencia ha dado sus frutos: se ha incrementado la productividad y, por tanto, los salarios.” “Atrás quedaron aquellos tiempos que exportábamos universitarios a otros países porque aquí no había oportunidades.”
Casi la mitad del libro son propuestas para un cambio a mejor. A todo ello remitimos.
En Pedagogía como en toda la ciencia es aplicable la sentencia del filósofo reciente Karl Popper “nos enamoramos de nuestras teorías y forzamos la realidad para que entre dentro de ellas”. Y esto, lógicamente es un peligro que todo humano tiene a mayor o menor nivel, y es aplicable tanto a los creadores de las teorías como a sus críticos. Quizás recordéis que para Popper cada vez que descubrimos que algo es falso nos acercamos un poco más a la verdad… No creo que sea así del todo, pero el debate reflexivo parece ser muy bueno.
Reseña de Juan Rodríguez